Es bien conocido que la elección de un cultivo depende del pH de suelo. De ahí que, con frecuencia, digamos que “los altramuces son típicos de suelos ácidos” o que “la alfalfa y el olivo son cultivos que prefieren suelos alcalinos”.
Por tanto, es de suma importancia conocer el pH del suelo. La solubilidad de numerosos compuestos que contienen fósforo en el suelo está determinada principalmente por el pH. Así, el pH de la solución nutriente en contacto con las raíces puede afectar el crecimiento vegetal de dos formas principalmente:
– El pH del suelo puede afectar la disponibilidad de los nutrientes. Para que el aparato radical pueda absorber los distintos nutrientes, éstos obviamente deben estar disueltos. Valores extremos de pH pueden provocar la precipitación de ciertos nutrientes, con lo que permanecen en forma no disponible para las plantas.
– El pH puede afectar al proceso fisiológico de absorción de los nutrientes por parte de las raíces. Todas las especies vegetales presentan unos parámetros característicos de pH en los que su absorción es idónea.
En un próximo post vamos a ver la importancia del pH en los tratamientos foliares.