Recomendaciones Octubre

Este mes de Octubre, en la zona del hemisferio norte, se presenta como un gran mes para el jardín.

En principio, los días se acortan vez de alargar y las temperaturas disminuyen en vez de aumentar, lo que es una primavera inversa.

Este año, al ser las temperaturas un poco más altas de lo normal, nos permite vivir más al aire libre y disfrutar del jardín, por ellos hay tareas que no se pueden olvidar y que hay que hacer.

PRESTAR ATENCIÓN A LAS PLANTAS

Ahora es el momento de sembrar nuevas plantas, para que las raíces estén fuertes y asentadas cuando llegue el invierno. También hay que pensar en plantas los bulbos que florecerán en primavera.

Respecto al jardín, se necesita renovar, por lo cual para ello hay que quitar las malas hierbas. Otra tarea también a tener en cuenta es recoger las hojas de otoño si ya han empezado a caer.

Para el césped del jardín, es la época para sembrar las zonas secas o dañadas, después habrá que regarlo. Otoño es buen momento para sembrar el césped y también para reparar los daños que tenga.

HUERTO DESPUÉS DE VERANO

Es el momento de recolectar los últimos cultivos de tomates, berenjenas y pimientos, ya que con la llegada del frío y las lluvias, se pueden estropear. También es hora de recoger la fruta madura de los frutales. Hay que eliminar las malas hierbas y aplicar una buena capa de compost.

Ahora toca sembrar las hortalizas de invierno cómo lechugas, espinacas, rábanos, etc…

Los abonados deben ser ricos en potasa para fortalecerlos de cara al invierno y reduciremos los nitrogenados al máximo.

Recomendaciones para jardín en primavera

Llegó la primavera y con ella los primeros rayos de sol. Se van yendo las heladas y empiezan los jardines a coger un nuevo color. Aunque haya un cambio de tiempo a mejor, hay que tener en cuenta que el calor puede ser igual de dañino que el frío. Por eso, te damos unos pequeños consejos para cuidar de nuestras plantas en primavera.

  • Podar las plantas 

La primavera es el momento ideal para podar tus plantas. Eliminar ramas y demás partes de árboles y arbustos que no sobrevivieron a las heladas dará mayor flujo de aire para tus plantas, además de otorgarles más espacio para su correcto crecimiento.

  • Regar las plantas

Las plantas en primavera necesitan ser regadas diariamente. Incluso si ha llovido, estas han de ser regadas. En zonas con altas temperaturas esto se vuelve algo fundamental, ya que el terreno se seca con extrema facilidad, y esto hace que parte del agua resbale por la superficie, sin que llegue todo lo deseado a las raíces de las plantas. 

  • Cortar y abonar el césped

Es necesario segar como mínimo una vez en semana el césped. Como consecuencia, el suelo puede perder nutrientes, por lo que hay que aplicar abono a la tierra para mantenerla en perfecto estado.

  • Eliminar las malas hierbas

Las malas hierbas suelen crecer mucho más rápido que las plantas ornamentales, lo que puede dar una imagen de dejadez y abandono. Además, el jardín obtiene menos nutrientes, se ve más apagado sin el verde brillante de las plantas y se desordenan los espacios, afectando con el tiempo la salud de las plantas.

  • Alimento en forma de abono orgánico

La fertilización es un método esencial para el cuidado de las plantas. Este método proporciona los nutrientes y sustancias que tal vez la tierra no contenga. El abono está constituido principalmente de nitrógeno, fósforo y potasio, los cuales ayudan al crecimiento, fortalecen las raíces y reponen las sustancias que el suelo ha perdido.

  • Cuidado con el exceso de sol

La mayor parte de las plantas sufren de manera excesiva la exposición a los rayos del sol, es por ello que debemos tener en cuenta la posición en que colocamos nuestra planta. Como norma general, se recomienda no exponerlas directamente al sol sino situarlas en zonas sombreadas.

  • Siembra y trasplante de plantas

El trasplante se suele realizar para ayudar a fortalecer el crecimiento de nuestras plantas. Debemos tener en cuenta su ciclo natural, por lo que hay momentos en el que no conviene trasplantar como cuando están en pleno proceso de floración y crecimiento.

  • Prevenir plagas

Las plagas empiezan a aparecer de forma mucho más decisiva y punzante en el inicio de la primavera, ya que las cálidas temperaturas ayudan a que proliferen diversas enfermedades como los pulgones, cochinillas, lombrices, ácaros, moscas blancas, etc. El uso de insecticidas para las plantas infectadas es un gran remedio para curarlas y evitar que se propague por el resto del jardín. 

Con estos consejos, tu jardín tendrá un aspecto sano, colorido y alegre. 

¿Cómo identifico el tipo de suelo de mi huerto?

El suelo de la huerta es el activo más importante para cualquier agricultor.  Las claves para mantener una buena salud en el suelo de la huerta son: conocer el tipo de suelo que tenemos y administrar los nutrientes que nos demande. Hay que aprender a cuidar el suelo para devolverle los nutrientes que sustraemos al cultivar.

 

En el artículo de hoy, vamos a mostrar 2 formas de analizar el suelo del huerto sin necesidad de realizar un análisis en profundidad, siendo tan solo necesarios la vista y el tacto. 

El primer método que vamos a utilizar es a través del color de la tierra. Lo único que necesitamos es observar la tonalidad de la tierra en su estado natural:

1. Si la tierra presenta un color oscuro, indica un alto contenido de humus o materia orgánica.

2. Cuando los suelos son rojos y amarillos, indican altos niveles de óxido de hierro. Además es un indicador de que el suelo está bien drenado, no es húmedo en exceso y es fértil.

3. Un color gris o pardo amarillento puede ser indicador de una gran presencia de oxígeno. Casi todos los suelos con estas características presentan una escasa fertilidad.

4. Si la tierra se caracteriza por un color blanco o claro nos informa de la presencia de cuarzo, carbonatos o yeso. En este caso indica poca presencia de materia orgánica.

La fertilidad del suelo es una combinación de todas las características del suelo (textura, pH, nivel de materia orgánica, etc), y el nivel de ésta indica la facilidad que tiene la planta de extraer del suelo los elementos químicos que necesita para su desarrollo.

El siguiente método es a través del tacto, observando la textura del suelo del huerto. En este caso humedeceremos una muestra de tierra y apretaremos en nuestra palma para intentar moldear cualquier figura:

1. Si la tierra se resbala sin manchar y sin dejarnos crear  ninguna figura, el suelo es arenoso. Estos suelos se caracterizan por ser fáciles de trabajar pero presentan escasos nutrientes.

2. Tendremos suelo limoso cuando la tierra deja color en las manos. Este tipo de suelo es rico en humus y retiene bien los nutrientes. Son suelos blandos y pegajosos, por lo tanto muy fáciles de trabajar.

3. Cuando la tierra sea totalmente moldeable estaremos frente a un suelo de textura arcillosa. Estos suelos tienen un alto contenido en nutrientes pero son pesados y difíciles de trabajar.

Cabe destacar que los suelos arenosos no admiten grandes cantidades de abono por lo que deben ser abonados frecuentemente y en pequeñas cantidades. Por su parte los suelos arcillosos demandan todo lo contrario, pocas y abundantes aplicaciones.

Una vez conozcamos qué tipo de suelo tenemos, estaremos preparados para ofrecerle aquello que nos demande. Tenemos que tener cuidado con los suelos con escasos nutrientes ya que necesitan  un aporte exterior (abonos) y con los suelos difíciles de trabajar ya que necesitan mayor mano de obra.